Hay días en que uno quisiera no salir de la cama. Poder quedarse acurrucado y dormir (o dormitar) hasta pasado el mediodía.
Hoy fué uno de esos días.
Carajo, con las ganas que tenía de hacer San Lunes. Por lo menos pude terminar bastantes pendientes que tenía. Aunque después de la hora de comer me faltó poco para estar así:
Afortunados los japoneses, que pueden tomar su siesta para recuperar energía.
2 comentarios:
Jajajajajaja ese don se queda dormido bien padre, conozco una persona que puede echarse una pestañita en cualquier lado .-.
Es un arte. Cuando me estoy durmiendo sentado siempre termino lastimandome el cuello.
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