Todos necesitamos algunos momentos a solas. El aislarnos por instantes nos sirve como una catarsis. Sin embargo, siempre he tenido miedo a la soledad. A ese ir y venir de desconocidos. El andar por calles vacias. Al olvido.
Es en los momentos que me invade esa sensación que necesito a las personas que me conocen de siempre. Ellos saben quien soy. Son los que me ayudan a mantener los pies en la tierra. A saber mi justa dimensión. Y son pocas.
Tuve una semana muy dificil, pero el balance de la misma es positivo. Es tiempo de mirar solamente hacia adelante. Recorrer nuevos caminos.
Lo mejor está por venir.
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